¿Qué es Coaching para Padres?

“Dar amor de verdad, constituye en sí, dar educación.”
— Eleonor Roosevelt

Sabemos que ser padre es difícil. Que nadie te ha enseñado y queremos ayudarte en esta emocionante aventura.

Los primeros años de la vida de una persona son decisivos en lo que respecta a lo que será en su edad adulta. Nuestras creencias se forman en los 6 primeros años de vida, por lo tanto, saber interactuar correctamente con nuestros hijos en estas tempranas edades influye de manera decisiva y positiva en su futuro.

Existe una gran verdad universal: los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, pero no siempre saben cómo dárselo.

Está claro que, por ejemplo, cuando una actitud dirigida hacia ellos no da los resultados deseados, es porque hay que probar otras formas.

Cuando un niño está desmotivado, lo normal es creer que él tiene que cambiar, pero en realidad son los padres quienes pueden facilitar el proceso si actúan de otra manera.

A veces, nuestros hijos no hacen los “deberes”, no porque sean vagos, sino porque pueden tener algún problema específico que no nos comunican por miedo a nuestra reacción. Esta situación empeora cuando reprimimos al niño en vez de escuchar para descubrir la verdadera causa que subyace.

Cómo funciona el Coaching para Padres

En estas sesiones de Coaching para Padres o cualquier otro miembro de la familia, se ayuda a la persona a conectar con su sabiduría interior y, desde ahí, a contribuir al crecimiento de sus hijos, potenciando lo mejor de ellos.

No se trata de que aprueben matemáticas, ordenen su habitación, se parezcan al prototipo de hijo admirado por la sociedad o sean obedientes.

Se trata de apoyar a tus hijos a desarrollar su SER, su grandeza interior, para que desde ahí puedan crear, relacionarse, convivir y ser felices.

Y aunque los esfuerzos de los padres son para que sus hijos sean felices, ¿qué les hace pensar que el modo de ser feliz de su hijo es igual al suyo?

Objetivos del Coaching para Padres

  • Formar y entrenar padres y madres competentes en su rol de educadores.
  • Lograr una comunicación efectiva con los hijos.
  • Descubrir las creencias limitantes que están transmitiendo.
  • Entender el poder de la escucha activa y las palabras en la formación de una autoimagen sana y equilibrada.
  • Aprender a enfocarse en la solución y no en los problemas.
  • Descubrir que se están robando un tiempo que les pertenece a sus hijos.
  • Ayudarles a establecer metas claras, concisas y precisas para el cambio de actitud.
  • Descubrir y potenciar los talentos de los hijos en lugar de hacerles sentir ridículos por ellos.
  • Aprender a ayudar al hijo a ser quien quiera ser.

“Lo mejor que puedes hacer por tus hijos no es enseñarles tus propias riquezas, sino hacerles ver las suyas.”